Salgo desde la Cruz de las Carrascas, que es una Cruz de granito incrustada en la pared de un edificio que una de esas constructoras locales que trajo y se llevó la célebre Transición Española, levantó en aquella época de vacas gordas en el lugar en el que, al parecer, estuvo la Cruz primitiva. Digo al parecer, porque de ese sitio solo recuerdo haber jugado de niño en la obra, que se prolongó bastante en el tiempo.

Cruzo el pueblo hasta llegar al barrio de la Erita, al que accedo por la robusta pasarela de hormigón que se suspende sobre la carretera nacional. Justo al salir de la pasarela, ya en la Erita, tomo el camino de los Molinos en esta fresca mañana de agosto.

Tras concluir la bajada y atravesar el exuberante -aun en época estival- barranco de Carabaña, tengo ya a la vista las ruinas del primero de los molino. Tras avanzar un rato por la vereda que cruza varias veces el barranco, accedo al camino de Tierra Blanca, que me llevará al ultimo de los molinos que veré esta mañana, y que se encuentra a la entrada de un complejo turístico de cabañas de madera, construido alrededor de una posada que dio en el pasado servicio a los arrieros que traían de Extremadura el grano que alimentaba los molinos del valle y a sus animales de carga.

Por encima de las cabañas, junto al camino, están las ruinas de un segundo molino, que quedan dentro del complejo turístico; prácticamente al lado del edificio que albergó la posada y ahora cumple las funciones de recepción del actual hotel, manteniendo el espíritu del valle. A juzgar por la cantidad de vehículos estacionados a ambos lados del camino de Tierra Blanca, en el ensanche que sirve al hotel de aparcamiento, debe estar lleno.

Continuo por el camino, que se asfaltó en su momento para dar servicio al hotel, y paso por la piscina del complejo. Justo en la salida de este tengo a mi derecha las ruinas de ese tercer molinos del que he hablado un poco más arriba.

Continuo por este camino asfaltado hasta llegar a la carretera que enlaza la aldea de la Corte, en el término municipal de Cortegana, con la de el Repilado, en el de Jabugo. Abundan aquí las explotaciones ganaderas dedicadas a la cría de los cerdos ibéricos cuyas patas serán convertidas en el producto estrella de la comarca. El jamón de Huelva, que no se llamó jamón de Jabugo por cuestiones ajenas a la realidad, sale de estas tierras y en la aldea o barriada de el Repilado, que alberga la estación de ferrocarril de Jabugo, están ubicadas muchas de las fabricas que se dedican desde antiguo a elaborar el preciado manjar.

Al llegar a la carretera nacional continuo por ella en dirección a Portugal y, al salir de el Repilado viejo, cojo a la izquierda por la carretera de los Romeros, otra de las aldeas de Jabugo dedicadas a la elaboración del que presume de ser el mejor jamón del mundo.

Al llegar al primer puente sobre la ribera, accedo a la derecha al camino que me llevará hasta la aldea de la Canaleja, en término municipal de Almonaster la Real. El camino está en algunas partes casi perdido, invadido por la rica vegetación que las copiosas lluvias de la pasada primavera hicieron crecer a sus anchas. Apartando las ramas que me cierran el paso llego hasta un camino ya más ancho en el que menudean ahora las porteras de pequeñas fincas y huertas, anunciando la cercanía de la aldea.

Por la Canaleja pasa el tren que une las provincias de Badajoz y Huelva, desde Zafra hasta la capital de la andaluza, y que debió ser el primer responsable de la inexorable ruina de los molinos que hemos visto en el valle. No sé si el tren se detiene ya en la aldea -si es que alguna vez lo ha hecho-, pero me acercaré al paso a nivel sin barreras que advierte de la presencia de las vías cuando salga de ella para coger la carretera que me llevará a la siguiente estación del ferrocarril, la de Almonaster-Cortegana, que dejare a mi izquierda cuando llegue el momento.

Paso delante de una ermita, impecablemente blanqueada, que, aunque es posible que solo se utilice ya para las celebraciones de las fiestas del Sagrado Corazón de Jesús, me hace recordar un dicho de la zona: “Eras más grande que el día del Corpus en la Canaleja”.

Nunca estuve en las fiestas, así que me quedé sin saber si el sentido del dicho está o no cargado de ironía, aunque siempre he pensado que es eso lo más probable.

Al llegar a la carretera que empalma la nacional con la comarcal que une Aracena con Cortegana, pasando por Alájar y Almonaster, cojo a la izquierda la subida que me llevará de vuelta a Cortegana, dejando abajo, también a la izquierda, la estación de ferrocarril, que mucho me temo que hoy en día no es más que un apeadero. En el edificio de la estación hay ahora un negocio de restauración. También hay algún otro establecimiento de turismo rural en el barrio de la estación, que ha ido perdiendo con los años su aspecto y función originales.

Al llegar a la carretera de Aracena a Cortegana, giro a la derecha para seguir subiendo por ella hacia mi destino final en la Cruz de las Carrascas.

Termino de subir la larga cuesta y avanzo ahora por un tramo de carretera suave, fresco y llano, hasta las primeras casas de Cortegana: los chalés de la carretera de Almonaster. Este último kilómetro es un paseo agradable entre los castaños que se asoman a la carretera refrescando el ambiente y en el que vamos a encontrarnos con paseantes y deportistas en cualquier época del año.

El paseo de la carretera de Almonaster tiene ahora una pérgola, justo antes de un gimnasio urbano, con unas preciosas vistas del pueblo y su castillo desde el mirador.

Un cartel de chapa nos confirma que estamos entrando en uno de los “Pueblos Mágicos de España” y yo estoy de acuerdo con la afirmación que aparece en el cartel.

De vuelta hacia la cruz de las Carrascas, pasaré por la iglesia parroquial del Divino Salvador, que preside una plaza que nosotros llamamos “el Paseo”, y evitaré la plaza del Ayuntamiento, que aquí conocemos como “la plaza”. Como por arte de magia.

Cómo llegar al inicio de la ruta:

Ver la ruta

Al pulsar el botón accede a la ruta alojada en la red social Wikiloc.

Algunas fotos:

Álbum

Al pulsar el botón accederá a un álbum de fotos alojado en la red social Flickr.​